lunes, 4 de mayo de 2015

Anónima


"She’s mad but she’s magic. There’s no lie in her fire" -Charles BukowskiParto de un pacto de complicidad tácito, que aunque ni usted y yo hemos cruzado palabras, esto que vendrá a continuación le será de utilidad, y sí y sólo sí le ha sido de ayuda mi misiva, esperando también la madurez del silencio. Será y es único secreto de ambas. No deseo su amistad, discúlpeme pero debo ser clara, y por lo que concierne sí todo se concluye de la manera que deseo y pretendo orientarla lo mejor es que ni hagamos una presentación pertinente. No sé su nombre, está bien. Pero tengo la certeza que usted ha hecho más preguntas sobre mí de las que debería. No las aclararé, poco o nada me importa las conjeturas ajenas. No le temo a las miradas y varias ocasiones he encontrado a las suyas sobre mí, a la de sus amigas; también soy mujer y entiendo las cosas. A veces por rivalidades emotivas pretendemos alejar a la otra de nuestro mismo estado. Sé que se vanagloria destrozando con peyorativas palabras esta imagen mía. Tal vez sí me importa un poco lo que piensa, es simple curiosidad, me asombra la creatividad femenina a la hora de destrozar a otra, puro voyerismo. En fin, lo que quiero de usted es que lo embelese, no se asombre todas hemos tenido esa mirada y cuando usted le mira, es inconfundible. Él es un hombre hermoso. Un niño hermoso. Tengo la vaga sensación de que realmente usted lo ansía. Yo la he esperado por varios meses, su figura, su rol, me urgía encontrarla: usted. Es el suceso. Usted es el suceso. Encontrarla es todo un acontecimiento para mí. Y aunque mi descubrimiento y propósito es agridulce, me alegra que haya llegado. Bienvenida. Tan cándida, es usted muy bella. Cuando nos enamoramos volamos. Que bellas alas. Él necesita ese tipo de amor: el clásico. De tardes largas y poca conversación, de pretextos tontos para un roce de manos, donde los últimos estadios sean los besos, de reconocimiento, de identificación. Él necesita enamorarse, con rosas, querubines y todos los pormenores. Es un romántico y generalmente esta en el mundo de las ideas, plántelo en la realidad de manera tierna, sorpréndalo, descolóquelo con actos, muéstrele mundos, el suyo, por ejemplo, hágalo sentir amado, expréseselo, ¿es cruel, no? De verdad lo quiero, hubiese deseado conocerlo mayor cuando el amor no tuviera tiempo para equivocarse, el tiempo nos puso mucho antes, hubiésemos sido un gran amor... para que miento, yo siempre seré caótica. Él tiene la fantástica cualidad de exacerbarme y yo desarrollé una fatal fascinación por hacerlo sufrir, e incluso esto es despiadado, enseñarle a otra mujer cómo debe amarlo, amarlo bien, sin que él lo sepa y él aún duda que yo sea una arpía. ¿Ve? No hay nada que envidiar, he hecho tantas cosas mal que porque le quiero y amo su amor hago esto. Y mis maneras siguen siendo enfermizas. Al principio será reticente, él cree amarme y piensa que jamás se volverá a enamorar, todo un romántico, pero es vital que sea insistente, nada se logra a la primera vez de intentarlo. Él cederá, lo sé, le gusta sentirse querido y de a pocos mi imagen le será a ambos más difusa. Yo seré espejismo del pasado. Por favor, amelo con ardor. Existen muchas distracciones y caminos que lo hacen desvariar, interpóngase, cuídelo. Sea su amiga, su compañera, su amante, su madre, su hermana, su hija. Amar es una travesía grata sí se empieza bien. Yo también fui una romántica. Ayúdelo a olvidar. Sé que construirán bien. Quisiera escribirle que tengo los brazos llenos de gustosos deseos, pero lo único que tengo es los dedos fríos y los labios secos de repetirme la misma frase en voz alta para convencerme de que esto es lo correcto. De antemano gracias. Va ser todo una locura cuando lea esto. Tal vez sí aciertan cuando me tildan de lunática. No sobra recordarle de nuestro acuerdo de confidencialidad. Amelo. Es todo. Anónima.


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